Un hombre normal se topó con uno de los mayores tesoros olvidados de la historia

Eric Lawes hizo una petición que cambió su vida, y la de muchas otras, para siempre. En lugar de una despedida extravagante para conmemorar sus décadas de trabajo, pidió un regalo inusual que dejó a sus compañeros perplejos. Incluso él no estaba seguro de si saldría algo, pero después de poner a prueba su regalo, hizo un descubrimiento que puede pasar a ser uno de los más grandes de la historia.

Hombre trabajador

Eric Lawes, residente de toda la vida de Hoxne en Suffolk, Inglaterra, pasó toda su vida sirviendo a su comunidad. De joven, trabajó como repartidor, agricultor, jardinero e incluso soldado antes de establecerse en un trabajo con la junta regional de electricidad.

Momento de jubilarse

Después de 30 años de lidiar con las luces, Lawes renunció, aunque sus compañeros de trabajo de la junta no estaban dispuestos a dejar que se fuera sin reconocer todo el trabajo que había hecho. Le preguntaron qué tipo de regalo sería la guinda del pastel de la fiesta de jubilación.

Detector de metales

Respondió claramente: un detector de metales. Si bien la mayoría hubiera pedido algo más digno de 30 años de servicio (o tal vez un poco más brillante), Lawes estaba decidido a recibir su regalo. Aunque nunca antes había considerado dedicarse a esta afición, algo dentro de él hablaba de tesoros inimaginables que esperaban ser desenterrados.

Nada más que chatarra

Entonces, se puso a cavar. Sus primeras aventuras resultaron en pocos objetos de valor (una tapa de botella por aquí, un tornillo oxidado por allá), pero cuando la noticia de la nueva pasión de Lawes se extendió por todo Hoxne, pronto se presentó una gran oportunidad.